domingo, 21 de septiembre de 2008

Exceso de Equipaje

Para alguien como yo cuya capacidad de síntesis es dudosa, hacer una valija para un mes es un suplicio. Los que “saben” dicen que hacer para un mes es lo mismo que para dos semanas pero yo he comprobado que esto es una vil mentira. Un mes es mucho shampoo, mucha crema humectante, muchos pares de zapatos para todo: desde el taco elegante hasta la zapatilla trota –estadios y el zapato con algo de taco que se tolera bien 24 horas sin estar hecha una crota.

Una treta para empacar me la había dispensado un amigo hace mil años: sacar sobre la cama todo lo que uno quiere llevar y quedarse con 2/3 partes de lo elegido. Es un método muy inteligente pero que nunca pude poner en práctica. Generalmente salen del placard muchos "por las dudas" a último momento. Así y todo tuve que comprar paraguas en Río.

Mi amigo Fred aprendió en el ejército colombiano a hacer valijas y es algo increíble lo que puede llevar dentro de sus maletas. Tomé nota y aprendí a doblar bien la ropa en rollitos y puedo decir que hasta queda menos arrugada pero – y esta es la gran cuestión – el PESO es el mismo. Exceso de equipaje. Vaya al mostrador de Varig/American/Lan/You-name-it-airs y pague los kilos excedidos.

Y allá voy por el mundo arrastrando maletas rechonchas, de bordes deshilachados, amatambradas y alborotadas, con cierros que se perdieron por el camino. Candados triturados en EEUU y Brasil (en este querido país no les importa que el candado sea "TSA approved", falaram para mim no Brasil, tanto faz). Mi amiga Stephanie, alias “la gringa”, decía que había que invertir bien y comprar valijas caras que durasen mucho. A las Samsonite, las he triturado y para Louis Vuitton no me da, tampoco quiero imaginar la curiosidad que podrían despertar en Ezeiza. Por eso compro valijas tobaras que uso y luego tiro. Eso sí, colores alegres o chillones, nada negro que sale por el carrousel igual a las maletas del otro 80% de los mortales.

Pensar que la humanidad tardó 5000 años en ponerles ruedas a las valijas. Ahora tengo una con rueditas que gira 360°. Es roja y, por supuesto, nunca me entran las cosas.

viernes, 19 de septiembre de 2008

La queja

Con los años, he visto gente que se queja bien y gente que se queja mal. De nada sirve gritarle a alguien en la cara si quiero obtener un resultado favorable. Si el tono es amable pero firme, la persona que está del otro lado del mostrador estará mucho más propensa a abrir los oídos que si le gritamos. Y tal vez hasta quiera ayudarnos.

La famosa “crítica constructiva” es aquella que busca mejorar una situación y construir otra realidad, no destruir todo. Pero muchas veces la crítica constructiva es destructiva.

Es un estereotipo, lo sé, pero los argentinos hemos hecho de la queja un deporte. Claro, ¡razones para quejarnos nos sobran! Pero cuando uno se vive quejando es un vano intento por exorcisar los males que nos aquejan, es querer expulsar el enojo por algún poro, vengar los dolores de la vida que se acumulan día a día, sin hacer algo que realmente remedie los demonios de los que nos quejamos.

Hace poco leí que vivir quejandonos es una manera narcisista de ejercer control, de decir que todo lo que hacen los demás está mal e implicar con ello que YO podría siempre hacer todo mejor que el vecino. Nada hay más fácil que pararse en la vereda de enfrente y criticar – echado en una reposera – lo que hace el otro. Es casi inmoral quejarse de esta forma. Desde la no acción no vale enchincharse. No vale arrojar piedras. No sirve vomitar insultos.
Yo a veces me quejo del trabajo

Get off your butt and do something, just stop whining!

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Chega de chuva!!!!

Es una pesadez hablar del tiempo como tema; se sabe: es tópico de conversación de ascensor o "rompehielos". Pero después de tres días de lluvia en Río, que siguieron a varios nublados, con tanta gente que no pudo hacer todo lo que quería mi humor es de perros. Buzios nunca fue. Leí una frase de Vargas Llosa que decía "sólo los tontos se aburren" y me jactaba siempre de no ser una de esas tontas. Pero el mal tiempo cuando las horas disponibles son contadas y no intercambiables acuó todos nuestros planes y me hizo acordar a alguna temporada veraniega cuando eramos chiquitos y nuestros padres ya no sabían que hacer con nosotros. Algún día saldrá el sol.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Oda al maracuyá


Alguien tiró una semilla del cielo y apareció el maracuyá. No existe fruta más deliciosa. Con su despliegue de semillas negras y grandes (que deben colarse si se hace jugo de maracuyá) mira al mundo como con millones de ojos, cuidando el néctar que se filtró del paraíso por error y cayó en mano de los mortales. Exalta su color amarillo intenso y no derrocha la apetecible pulpa.

Existe el mousse de maracuyá, la caipirinha de maracuyá, la torta de maracuyá, el helado de maracuyá, escalpes de pollo en salsa de maracuyá, salmón con salsa de maracuyá y un invento sin igual que voy a extrañar en cuanto me vaya de Brasil: el yogur light de maracuyá. Gracias a todos los dioses que habitan los cielos.

Los pies en la arena

Todo cambio genera algo de RESISTENCIA. Cuando llegué quería volver a Buenos Aires urgentemente; me iba a perder esto o aquello, no iba a estar el día que se juntaran todos los tales y me quedaba afuera de varios encuentros familiares. Para llorar a moco tendido. Y después soltás y empezás a ver todo lo que tenés frente a tu nariz. Como si se abriesen todos los poros y se afinaran los sentidos.

Vi cantar por la calle a dos señores, a viva voz, y ninguno estaba para el loquero. Una mujer bailaba frente a su nieto en un bar sobre la playa. Las flores en un puesto callejero rebozan de color, vitalidad y belleza. Cada una tan perfecta que desafía la realidad.

Ya sé que es un estereotipo hablar de la felicidad brasilera pero a mí acá todo me canta con alegria: el idioma, el mar, la gente. Por supuesto que la sombra siempre está del otro lado. Ya lo dice la canción “tristeza nao tem fin, felicidade sim”.

martes, 9 de septiembre de 2008

Rain in Rio

This city has an amazing vibe. I think it is questionable whether it is fair to have so much beauty in one city only. Not that there aren’t problems in Río but it has an appeal that goes beyond the breathtaking glory of its beaches and morros. There is something in the air. Even today with its rain, the sea looked grey in a delightful, even comforting way.

One of my favorite Rio stories thus far was many years ago when I walked into a bar close to the beach. There was a sign that read: “It is forbidden to play music on the furniture – batucadas na mesa- and to dance on top of tables. I swear this is a true story.

Only in Brazil.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Últimos frios del año en Buenos Aires


Llegó septiembre y la prueba está en el árbol frente a mi casa. Todavía está raquítico e invernal pero tiene en las puntas de algunas ramas unas pujantes hojas verdísimas y recién nacidas que son apenas discernibles. Pero lo extraño de hoy fue el frío intenso que tan poco se había hecho sentir este invierno 2008. Vine caminando por el barrio a la tarde y tenía la cara helada, la gente se venía tapando del viento sur con bufandas, era el frío de agosto. Pero no va a durar.


Quería recordar el invierno pasado que fue tan cruento y que nos dio una histórica nevada que todos recordaremos. En muchos años, alguien nos preguntará "¿Qué estabas haciendo cuando nevó en Buenos Aires, dónde estabas exactamente?" Y otro preguntará: "¿En qué año fue eso?" Y los memoriosos recordarán que fue el 9 de julio del 2007.


Sobrarán pruebas:





miércoles, 3 de septiembre de 2008

WARNING: THIS IS A BILINGUAL BLOG!!











Sometimes I feel like writing in English. This is how my mind works. I know some people (as if I had a real readership) will think I am being a snob but I couldn’t care less. This is a means of expression for me and I sometimes like to spit things out in Spanish, often times in English. It just so happens that is how my thoughts formed: with two languages swimming in my brain. When I was five and already fluent in Spanish my parents decided to move to the States and so one language replaced the other and, doctor, doctor, that is why I am so screwed up.

If your mind works in two different channels, does that a split personality make? I certainly hope NOT. But it does kind give you a kind of ugly duckling syndrome. With benefits of course.

You really can’t beat certain phrases in English. Take phrasal verbs for example. Specially poetic phrasal verbs such as “snake through”, “breeze in” or “wisk away”. You just cannot say that in Spanish no matter how hard you try. You have to resort to the “como una serpiente", “como el viento", to come close; but you always fall short.

Isn’t it great that you can “talk yourself out of a situation”? It’s no fun to “zafar de una situación gracias a mi labia”. A “die hard fan” es…¿un fanático muy fanático? Sí, un fanático incurable supongo. An “old fart “ is definitely not “un pedo viejo”. Road Kill is “animales que quedan muertos en la ruta cuando los pisa un auto”. No contest.

Don’t get me wrong, Spanish has better adjectives but they are really hard to use well and the pro of course is, without a doubt, Georgie Borges, with his wondrous way with words (he would not like this alliteration). For example Borges always writes things like: “decía Treviranus blandiendo un imperioso cigarro”. I’m not even going to try to say that in English but an imperial cigar would not cut it.

Pigheaded is not cabeza de chancho.

Some that translate well into Spanish:
Stone faced: cara de piedra
Aftertaste can now be “retrogusto” (I have heard it related to wines).
Windbreaker can be rompevientos but you would never say it.

More later.




martes, 2 de septiembre de 2008

Buenos Aires

Y la ciudad, ahora, es como un plano
De mis humillaciones y fracasos;
Desde esa puerta he visto los ocasos
Y ante ese mármol he aguardado en vano.
Aquí el incierto ayer y el hoy distinto
Me han deparado los comunes casos
De toda suerte humana; aquí mis pasos
Urden su incalculable laberinto.
Aquí la tarde cenicienta espera
El fruto que le debe la mañana;
Aquí mi sombra en la no menos vana
Sombra final se perderá, ligera.
No nos une el amor sino el espanto;
Será por eso que la quiero tanto.
Jorge Luis Borges "Buenos Aires"
en EL OTRO, EL MISMO (1964)

lunes, 1 de septiembre de 2008

Llegar a casa

Qué sensación de bienestar cuando llego a casa. Las viejas llaves, tan familiares, que giran dentro de la cerradura y me permiten abrir la puerta, entrar a casita, y exhalar así en forma casi audible. La sensación es de sosiego doméstico, descanso del trajín de la calle, de poder bajar la guardia. Escuchar las llaves en la puerta del ser amado y respirar aliviada porque ya está en casa. Salir de la locura cosmopolita de cualquier ciudad para llegar a casa. Los artistas que cuando están mucho tiempo de gira y vuelven al hotel dicen “me voy a casa”. Delatan así que aunque no sea uno solo el lugar de morada, allí donde terminamos el día y apoyamos el cuerpo para dormir es “mi casa”.

En casa tenemos objetos que no verán nunca las baldosas de la calle como las pantuflas, los joggings inconfesables, la robe de toalla. Está el llegar a casa cargados de bolsas del supermercado, trayendo víveres a la guarida. Llegar a casa para poder ver el partido, la película, o cualquier huevada por TV por un rato para entretenerse o cambiar el cerebro de canal.

Una vuelta de Google para "llegar a casa" nos da desde vendedores de seguros que citan “cuando llego a casa quiero tranquilidad” hasta letras de canciones múltiples que “sueñan con llegar a casa” o –lo más curioso de la búsqueda – un tema “todos queremos llegar a casa” (http://www.agenciapulsar.org/nota.php?id=13000) un disco realizado por músicos independientes latinoamericanos, trabajadores del subte y FM La Tribu de distribución gratuita.

Cuando era chica me encantaba armar casitas en mi cuarto, en realidad eran carpas que hacía con sábanas o frazadas. Enganchaba las puntas de alguna silla y me creaba mi propio escondite. Tal vez sea un comportamiento atávico, en los comienzos de nuestra especie los humanos vivíamos en cuevas y a mí me encantaba estar ahí en mi cuevita.

Las casas también vienen por modas o épocas como los lofts, los PH, los departmentos de soltera/o, los espacios más grandes con edades más maduras. Tener nuestra primera casa. Tener literalmente un techo sobre la cabeza.

Venite a casa, date una vuelta por casa, quedate en casa.

Pero llegar a casa puede tener también todo el peso de la metáfora. Extremado, como hiperbole, signfica la muerte. Supongo que por llegar a la “casa celestial” en un sentido religioso tradicional o más concretamente como último descanso.